“De los Errores se Aprende”

Este es un emprendimiento con mucho sabor: Rocoto, delivery de comida peruana gourmet. En este proyecto está enfocada hoy la ICI Natalia Serrano, con seis exitosos años en el mercado y planes para seguir creciendo. Conoce aquí su experiencia…

Natalia Serrano detectó una necesidad: en Santiago existía una oferta muy escasa de comida a domicilio, prácticamente solo comida chatarra. Entonces se le ocurrió la idea de instalar un delivery que tuviera una oferta gastronómica más interesante, saludable y sabrosa. La conclusión final fue ¡comida peruana! Que además de cumplir con todas esas características es una de las favoritas de los paladares chilenos.

Así nació Rocoto, proyecto de la Ingeniera Civil Industrial que ya tiene 6 años de vida, tres sucursales, y en planes una cuarta, y distribuye comida peruana gourmet a las comunas de Ñuñoa, Providencia, Las Condes, Vitacura y todo Santiago Centro.

“Lo más difícil fue entender el mundo gastronómico y cómo opera un restaurant, que era súper distinto al mundo que yo conocía. Antes de Rocoto yo trabajaba en el área de marketing”, nos cuenta Natalia.

Otra dificultad que menciona en la tarea de iniciar un negocio es la estructuración de un equipo de trabajo que esté comprometido con el proyecto.

¿Cómo superaste esas dificultades?

Me fui asesorando por personas que conocí en el transcurso del proyecto. También cometí errores, pero de los errores se aprende. En suma, las dificultades se van superando con la experiencia.

Y desde ahí, Natalia se da espacio para un buen consejo: “creo que lo más importante es tener un producto atractivo para el mercado, que se diferencie bien, que no exista. Si uno va hacer algo que ya se vende o hay mucha oferta, es muy difícil competir”.

¿Qué herramientas te entregó la Universidad para que te pudieras desarrollar como emprendedora?

Siento que cuento con muchas de herramientas que otros emprendedores no tienen, como por ejemplo los conocimientos de gestión, contabilidad y marketing. Uno tiene la fortuna de saber de todo eso y conocerlo bien.

Creo en todo caso que en Chile, en la universidad no se incentiva mucho ni se dan los espacios para emprender. En el caso de ingeniería civil industrial, académicamente la carrera es muy exigente, entonces no queda tiempo libre para hacer otras cosas. Cuando yo estudiaba, egresé el año 2008, tampoco existían incentivos para que los alumnos gestionaran su propio negocio.



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