¿En qué están las ICIs?
Conversamos con civiles industriales de distintos ámbitos: sector privado, público y ONG. Les preguntamos en qué estaban, cuáles han sido sus proyectos y si creen que hemos avanzado en la igualdad profesional. Revisa lo que nos contaron…
“Ya no tenemos dudas que podemos hacer lo que nos propongamos”
Catalina Troncoso, 29 años, egresada el 2010
Apasionada hasta la médula, después de trabajar 3 años y medio en una viña, se unió a la Fundación Amigos de Etiopía para viajar por el mundo con un sentido. A principios de 2014, Catalina Troncoso inició una intensa aventura de voluntariado. “Es inconmensurable y abrumador, simplemente incomparable con respecto a casi cualquier experiencia de pobreza que veas en Chile”, grafica sobre lo que le tocó vivir.
En Mizan Teferi, pueblo al sur de Etiopía, casi fronterizo con Kenia y Sudán del Sur, estuvo 3 meses con otras dos voluntarias. “Vivíamos en una casa para nosotras, donde teníamos que cocinar con carbón y la electricidad era sólo para prender una ampolleta y cargar pilas”, recuerda de aquella época.
Su trabajo consistió en apoyar dos Kindergarten para niños de 3 a 6 años, su labor abarcó a cerca de 200 alumnos. “Nuestra principal misión era nutrir a los niños ya que la mitad está en riesgo y un 25% está desnutrido”, revela sobre la dramática realidad de ese país. Catalina hizo clases de inglés a alumnos y profesoras, medical checkup, asistencia en agricultura y fue apoyo logístico a las misioneras.
Luego de su experiencia en Etiopía recorrió otros países de África, India y luego el Sudeste Asiático. “Allí estuve de voluntaria en una compañía de té orgánico y desarrollé un pequeño estudio de mercado para la posible exportación de la marca”, agrega.
Volvió a Chile en noviembre del 2015 y hoy aporta profesionalmente en el Ministerio de Educación, específicamente en el gabinete de la subsecretaría, en las áreas de mejora continua y gestión de proyectos.
Catalina ve una excelente combinación en ser mujer e ingeniera. Como civil industrial destaca la mirada amplia que permite identificar los puntos débiles, las oportunidades de mejora y desde ahí saber por dónde avanzar. “Si a esto le incluyo ser mujer, habría que agregar la empatía y calidez, lo que me permite acercarme a las personas, sobre todo a las mismas mujeres, que en países menos desarrollados son tímidas y temerosas. He aprendido a utilizar la herramienta de acoger al otro, saber escuchar para aprender”, reflexiona.
Agrega que las mujeres proyectan una energía distinta a la masculina, que genera mayor cercanía y armonía en un ambiente de colaboración, sin que por eso deje de ser relevante el aporte profesional.
“Definitivamente hemos ido ganando espacios. Creo que no hay duda de eso. Siento que somos más partícipes y nos hemos empoderado en nuestra realidad, nuestro cuerpo y nuestras vidas, lo que nos ha permitido hacerle frente con mejor postura a las situaciones complejas y/o no equitativas que nos toca enfrentar”, afirma Catalina y concluye recordando un reciente encuentro con sus ex compañeras, “ya no tenemos dudas de que podemos hacer lo que nos propongamos sin tener que cumplir ningún rol estructurado, dejando que nos resbalen las aún existentes y reales presiones sociales”.
“El género no indica nada, sólo el trabajo y el esfuerzo”
Paula Fernández, 28 años, año de egreso 2009
“Injeniera de corazón del DII” , así se define esta ICI. Lo más importante para Paula Fernández es su familia y se declara apasionada de los viajes, futbolera y “bullanguera”. Hace seis años trabaja en LAN donde hoy se desempeña como Subgerente de Gestión Comercial, en el equipo que lidera la estrategia de ventas para LATAM en el territorio chileno para el mundo.
“A nivel personal me siento completa y plena. Tengo una hermosa familia, con mi marido que también es ingeniero del DII, a quien conozco desde que tengo 13 años”, comparte.
En lo profesional sostiene que se ha sentido valorada y destaca la suerte de trabajar “en y con” equipos de primer nivel, de gran calidad humana y profesional. Así ha aprendido a aplicar desde las distintas perspectivas “lo que nos enseñan en Beauchef, de donde me declaro una fan y agradecida de la institución que tanto me entregó”.
“Creo que en general las ingenieras civiles mujeres somos un buen equilibrio entre lo científico- matemático y duro, y las personas, preocupación por el cliente y equipos de trabajo. En lo personal, considero que me he destacado por mi compromiso, pasión en todo lo que hago, en cómo me involucro con una pega, que puede ser fría pero a lo que le entrego una perspectiva distinta poniéndome desde el lado del cliente, la empresa y la sociedad”, afirma Paula.
Agrega que como mujer se involucra mucho a nivel personal. “Tengo excelentes amigos que los conocí en mi trabajo y me preocupo porque la gente con la que trabajo esté feliz, comprometida, que no sea sólo un trabajo”, dice Paula.
Sobre un elemento diferenciador de la Universidad de Chile en su formación, la Ingeniera destaca que la base es excelente, pero lo que marca diferencias es “la comprensión a nivel país, de sociedad, de las distintas realidades”.
¿Crees que hoy la mujer ingeniera se ha ganado espacios que antes no tenía en este mundo mayoritariamente de hombres?
Definitivamente sí. ¡Creo que las mujeres y los hombres se complementan perfectamente! Son necesarios en igual medida en los equipos de trabajo. Las mujeres nos hemos validado y hoy tenemos cargos relevantes en empresas importantes, somos respetadas y valoradas.
Creo que el mundo cada vez deja de tener paradigmas sobre qué puede hacer una mujer y qué un hombre. Yo soy ingeniera y no ingeniero, me encanta el fútbol e ir al estadio, y también uso taco y vestido (risas).
El género no indica nada, sólo el trabajo y el esfuerzo y es importante que las mujeres sepamos que nuestra carrera profesional, si queremos ser mamás, será distinta a la de un hombre pero no por eso peor. Hoy las empresas nos valoran y depende de nosotras el cargo que tendremos o lo que conseguiremos.
“Poco a poco avanzamos, pero hay tanto qué hacer”
Zunilda Vergara, 38 años, generación de ingreso ’95.
Desde hace seis años se desempeña en la ONG Fondo Esperanza (FE), como Gerente de Operaciones y Sistemas. Zunilda Vergara aporta su experiencia y conocimiento como ICI en esta institución de desarrollo social que atiende a más de 100.000 emprendedores en todo Chile a través de entrega de créditos, educación y desarrollo de redes.
“El 80% de las personas que atendemos son mujeres. No pensemos en el emprendimiento “sexy” de innovaciones en tecnología, inventos de la NASA, artículos de diseño, etc. Son personas que día a día luchan por salir adelante, en precariedad, sin seguro social, limitados por las horas que tiene el día, sabiendo que si se enferman no hay negocio, pero con todo eso son personas alegres, empeñosas y creativas. Aprendemos todos los días de ellos”, nos relata la profesional.
No sólo sus clientes son mayoritariamente mujeres. De 520 trabajadores de FE, 400 lo son y de 9 gerencias, 7 son lideradas por ellas, “lo que es un gran hallazgo en el mercado chileno”, resalta.
Desde su propio punto de vista como mujer e ingeniera, Zunilda señala que el sueño femenino sin duda tiñe la historia de Fondo Esperanza. “Soñamos en grande, nos emocionamos y lloramos al escuchar los testimonios de nuestras “socias”, podemos gestionar más de un objetivo, valoramos no solo la meta sino el camino, trabajamos en ambientes multidisciplinarios por un objetivo en común”.
“La ingeniería sin duda entrega una visión sistémica de las problemáticas a resolver y permite optimizar procesos y asegurar un servicio igual de excelente en Arica que en Castro”, resume sobre su aporte profesional como ICI, un valor agregado que ayudará a darle sostenibilidad a esta ONG.
Le preguntamos si cree que las mujeres han ido ganando espacios. “Poco a poco avanzamos, pero hay tanto qué hacer. Necesitamos aventurarnos y generar esos espacios de colaboración, creer en nuestro instinto, dejar de ser niñas y por ejemplo decir “NO” en voz alta cuando pensemos que amerita, buscar nuestra zona de flujo y encontrar esos ámbitos, industrias, geografías que más se adecuan a lo que hacemos”.
