Transformar el Sistema de Transmisión Eléctrica Nacional

Revisa la interesante información que nos entrega el Instituto ISCI que esta vez se refiere a las ERNC y a las investigaciones de Rodrigo Moreno. Proyectos transformadores, resilientes y que buscan adaptarse a los cambios futuros…

Rodrigo Moreno, es investigador del grupo Energía del ISCI, profesor Asistente del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Chile (DIE), y actualmente lidera tres investigaciones de alto impacto para el sistema de transmisión eléctrica nacional: el desarrollo de modelos matemáticos para establecer un sistema eléctrico más resiliente;  el desarrollo de metodologías para determinar escenarios energéticos a largo plazo para el sistema eléctrico nacional, y crear nuevas estrategias de operación para el futuro sistema interconectado nacional SING-SIC.

Crear un nuevo sistema interconectado nacional.

El sistema eléctrico chileno, está dividido principalmente en dos partes; el Sistema Interconectado del Norte Grande y el Sistema Interconectado Central, y ahora éstos se están uniendo en uno solo.

Cuando ya desparecen los Centros de Despacho Económico de Carga (CDEC) –que caducaron este 31 de diciembre–, por un nuevo operador del sistema eléctrico nacional, Rodrigo Moreno, encabeza a un equipo en que también participa la investigadora Claudia Rahmann también del grupo de Energía del ISCI, que está apoyando al sector en cuantificar los efectos de la interconexión y determinar estrategias para que el nuevo sistema, que ahora tendrá más de 3 mil kilómetros de largo, funcione de manera confiable.

Parte de sus resultados, ya se pueden ver como informes en los sitios web de los CDEC. “Algunas de los descubrimientos más relevantes identificados hasta el momento se refieren a las políticas de ubicación de las reservas de generación a lo largo del sistema, las cuales son críticas para apoyar  una operación con un mayor nivel de generación renovable presente”, cuenta Moreno.

Sistemas eléctricos de potencia más resilientes ante desastres naturales.

Es indudable el efecto negativo de apagones prolongados sobre las actividades económicas, la estabilidad y seguridad social. Más allá de los estándares actuales de seguridad de suministro eléctrico, que por ahora solo consideran la ocurrencia de fallas “típicas”, se hace urgente contar con un marco para la gestión de desastres y resiliencia, donde se analicen fallas menos comunes, pero que presentan un impacto importante en el suministro eléctrico y en el bienestar de la población.

El profesor Moreno, contando con la colaboración de Fernando Ordoñez, investigador de  Localización y logística, y Smartcities, del ISCI, actualmente desarrolla un proyecto internacional para diseñar estándares de manejo de redes eléctricas bajo circunstancias de desastres naturales y apagones.

Las preguntas más importantes que se hacen son, ¿cómo un sistema eléctrico que puede sufrir daños, consigue de todas formas seguir suministrando energía a las personas?, ¿cuáles son las acciones que deberíamos tener como medidas preventivas ante un desastre natural respecto al abastecimiento eléctrico?, y ¿cuál es el set de medidas correctivas que deberíamos tener y preparar de manera continua para manejar este tipo de desastres (y minimizando el número de interrupciones del suministro)?

“Los impactos asociados a desastres naturales pueden ser, evidentemente, más profundos que aquellos derivados de situaciones más típicas como la falla intempestiva de una central (o un activo de red) debido a un problema técnico –explica el ingeniero– y, en este contexto, la normativa actual no protege al consumidor. De hecho, la práctica actual dicta no hacer una inversión para proteger el sistema ante un evento muy raro (una vez cada diez años) y en su lugar asumir el riesgo”, dice el experto en energía y agrega que no obstante, hay casos donde es muy necesario, preventivamente, hacer inversiones de tal modo que el sistema no colapse cuando ocurren ese tipo de eventos. “Nosotros estamos tratando de identificar cuáles son esos casos, y cuál es el conjunto de inversiones que hay que hacer para que el sistema eléctrico sea más resiliente”, dice Moreno.

El proyecto es multidisciplinario y el equipo de investigación está compuesto por ingenieros eléctricos, civiles, matemáticos, industriales y economistas de tres universidades (U. de Chile, U. Católica y Universidad de Manchester).

Se trata de una investigación en dos áreas; técnica y social. En la segunda, buscan incorporar especialmente a las comunidades, ya que la resiliencia podría ser proporcionada por los ciudadanos a través de sus propios planes de preparación y respuesta.

“Es la primera vez que se hace en Chile una evaluación de los impactos que tienen los desastres naturales sobre la calidad del suministro con el propósito de definir nuevas inversiones y protocolos de operación”, dice el experto.

El consorcio liderado por Moreno, completará un año de trabajo a inicios del 2017, y hasta ahora se están programando las herramientas analíticas necesarias para generar las simulaciones del sistema eléctrico bajo la ocurrencia de desastres naturales y los modelos de optimización que permitirán identificar aquellas inversiones en la red eléctrica que maximizan su resiliencia.

Planificación a largo plazo.

Contando con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el apoyo del Ministerio de Energía, Rodrigo Moreno encabeza un equipo de la Universidad de Chile que además trabaja con profesores de la Universidad Adolfo Ibañez y la Pontificia Universidad Católica de Chile, que busca definir una metodología para realizar a futuro la planificación de largo plazo del sistema eléctrico nacional.

Como una bajada a la nueva ley de transmisión eléctrica, trabajan en la metodología que se utilizará para hacer la proyección de escenarios energéticos que servirán luego para la planificación del sistema en el largo plazo.

“Esta es la primera vez que se va a tener una metodología formal para determinar una visión estratégica como país en el muy largo plazo y que sirva para realizar una planificación que reconozca la incertidumbre que enfrenta el sector energético”, dice Moreno.

La serie de estudios que están resultando del trabajo de los investigadores, serán de vital importancia ya que definirán justamente cuáles son las metodologías utilizadas para determinar los escenarios futuros en términos de generación de ERNC, generación hidroeléctrica, etc. En abril de este año, presentarán los primeros resultados.

Fuente: Comunicaciones Instituto ISCI

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