“Rock in Progress”: Pasión de ICIs

Profesores y ex alumnos de Ingeniería Industrial conforman esta banda que se da un respiro en medio de las clases tocando a clásicos de Pearl Jam o Rush. Conversamos con sus integrantes y conocimos sus historias. Revisa la nota aquí…

Rockeros de corazón, la banda “Rock in Progress” está integrada por profesores y ex alumnos de ingeniería industrial, un grupo que potencia sus talentos todas las semanas con ensayos llenos de compañerismo y entusiasmo.

Stone Temple Pilots, Faith no More, Pearl Jam, Rush, Red Hot Chili Peppers y Ozzy Osbourne, suenan fuerte desde que en diciembre de 2015, fecha en que Andrés Musalem (Batería) y Sebastián Ríos, (Guitarra) comenzaron con esta aventura e invitaron a otros músicos/ingenieros a participar: se unieron Jorge Avendaño (Bajo), Cristián Cortés (Bajo),  Angelo Guevara (Guitarra),  Marcel Goic (Teclados y Voz) y Luis Aburto (Voz).

¿Alguna tocata programada? Este segundo semestre se viene en el DII, fecha por confirmar, así que pueden seguirlos en su página Facebook para conocer las coordenadas.

Quién es Quién

El interés por la música de la mayoría de sus integrantes comenzó desde niños. Marcel Goic nos cuenta que formó una banda con compañeros de curso.  Un camino similar vivió Sebastián Ríos, quien consolidó su gusto por el rock con su primera guitarra a los 12 años, regalo de su padre. “Además me enseño los acordes y a leer los del ICARITO”.

Para Angelo Guevara, la pasión comenzó a los 15. “Nos juntábamos con unos amigos a tocar con guitarras acústicas y una batería de tarros canciones de The Police y a tratar de componer. Me gustaba además tocar guitarra en campamentos scout”.

El primer bajo el 2007 y desde ahí Jorge Avendaño no ha parado de tocar. “Aunque mis inclinaciones residen en el heavy metal, y sus derivados, disfruto mucho los temas que estamos tocando ahora. Nos hemos preocupado de que los gustos de todos se vean representados, manteniendo cierta línea”.

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Cristián Cortés, el más longevo de la banda, ha tocado bajo desde que estaba en el colegio, primero con su hermano guitarrista y después con vecinos y amigos, siempre en la senda del rock. De regreso de su doctorado en Estados Unidos volvió con un bajo Fender adicional, regalado por una profesora de comisión de su doctorado. “Toda una aventura”, resume.

Si bien por el momento Rock in Progress es un hobbie, también es una actividad que no quieren dejar de realizar. Andrés Musalem dice que tiene “todo el interés por ir mejorando cada día, ampliando el repertorio y tocando temas cada vez más desafiantes, mientras que Angelo Guevara lo resume como “una parte de mi vida que nunca quisiera dejar atrás”.

Lo mismo opina Jorge Avendaño. “En este momento estoy aprendiendo y disfrutando mucho. Independiente si la música perdura como hobbie o si se torna en algo más profesional, nunca me desligaré de ella”.

“Si tuviera más dedos para el piano, quizás sería distinto. Por el momento, mi única meta es que no me echen por desafinado”, bromea Marcel Goic.

 ¿Cómo se unen la ingeniería y la música?

Para Andrés Musalem la conexión entre música y matemáticas es la más obvia, pero además hay harto de trabajo en equipo y planificación, en lo que concuerda Jorge Avendaño: “Disciplina. Hay que ser ordenado y constante en ambas actividades para obtener buenos resultados”.

“La verdad más que la música propiamente tal, el tener una banda tiene mucho que ver con ingeniería industrial, desde el punto de vista de la gestión. Desde qué repertorio tocar hasta cómo promocionar la banda”, dice Sebastián Ríos. Angelo Guevara agrega “mucho, mucho trabajo, harto entusiasmo, cariño…y un poco de talento”.

Cristián Cortés agrega que “la música y la Ingeniería siempre han estado ligadas, ya que en ambos casos para ser bueno se requiere pensar con lógica, ser sistemático y trabajador”.

Para Marcel Goic es un poco diferente: “aunque organizar la banda ciertamente requiere bastante gestión, tiendo a tomarlo como un espacio donde nos olvidamos por un rato de números y modelos”.

Además, cuando le preguntamos si aconsejaría a los colegas dedicarse a actividades que los saquen de la rutina, afirma: “hay darle una oportunidad a cada una de las diversas facetas que nos da la vida para que vayamos aprendiendo cuál nos hace más felices”,

Andrés Musalem agrega que es una buena forma de  “despejar la mente”. “Nosotros partimos para poder relajarnos un poco del día a día. Funciona fantástico, al terminar un ensayo estamos todos más contentos y relajados, con las pilas recargadas. Pero además, hemos generado temas de investigación conjuntos por la cercanía que generan los ensayos. Es un ejemplo de generación de capital social notable”, complementa Sebastián Ríos.

Jorge Avendaño dice “el arte alimenta el espíritu y nos hace recordar lo humano que somos. Es una buena instancia para pasarla bien y liberar tensiones. Además, es una buena manera de coordinar nuestro cuerpo y mente”.

Los integrantes de la banda terminan esta conversación con un recado para Sebastián Ríos: “Hay que darle la oportunidad a Sebastián de tocar algunos minutos de música tropical que es su verdadera pasión”. Tal vez ese sea el pie para que nazca una nueva banda.

 



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